Mi estancia Erasmus en Macerata, Italia, durante nueve meses fue una experiencia inigualable, a la que no dudo en darle un 10 como calificación. Durante este tiempo, tuve la oportunidad de cursar mi último año universitario y realizar mis prácticas, lo que enriqueció tanto mi formación académica como personal.
Macerata es una ciudad pequeña pero encantadora, con un ambiente tranquilo que me permitió concentrarme en mis estudios mientras disfrutaba de la cultura local. La Universidad de Macerata me sorprendió por su cercanía y apoyo a los estudiantes Erasmus. Los profesores se mostraron accesibles y comprensivos, lo que hizo que mi adaptación fuera mucho más sencilla, permitiéndome aprovechar al máximo mi último año de carrera.
Además, mis prácticas universitarias fueron una experiencia muy valiosa. No solo me dieron la oportunidad de aplicar lo aprendido, sino que también me ayudaron a desenvolverme en un entorno laboral internacional, lo que fue clave para mi crecimiento profesional.
Uno de los aspectos más emocionantes de mi estancia fue la posibilidad de viajar. Italia, con su rica historia y su belleza natural, fue el punto de partida perfecto para explorar Europa. Durante estos meses, pude visitar países como Francia, Alemania y Grecia, y cada destino me dejó recuerdos inolvidables.
La vida social también fue un aspecto destacado. Conocí a gente increíble de diferentes culturas, y las amistades que formé durante esta experiencia se han convertido en relaciones muy importantes para mí.
En resumen, mis nueve meses en Macerata fueron una mezcla perfecta de aprendizaje, crecimiento personal y aventuras. Esta experiencia ha marcado mi vida, y sin duda recomendaría a cualquier estudiante considerar una estancia Erasmus en esta encantadora ciudad.